Datos, muchos datos hoy irrelevantes, mañana creando oportunidades.

Lo que hace algunas décadas nos parecía imposible conocer, hoy no solamente es posible, sino que podemos atrevernos a predecir un evento en diferentes escenarios. Esta afirmación tiene sentido en tanto en cuanto utilizamos los datos, su evolución, su contenido, su forma de cargarse, forma de utilizarse y reutilizarse, dando como resultados patrones de comportamiento en el manejo de datos que sin querer las personas evidenciamos día a día. Por ejemplo las compras semanales qué hacemos en un comisariato, parecería algo casual y sin importancia, sin embargo la empresa a la cual compramos recoge estos datos y los analiza buscando en ellos categorías e indicadores de comportamiento tanto así que en algún momento se va a poder predecir cuál es el gasto anual en tal producto que hace una familia en tal región y en tal contexto, en otras palabras cuánta mantequilla se va a vender en el sector suroeste de la ciudad de guayaquil durante los meses de agosto y septiembre. Todo esto gracias a que miles de familias gracias a una simple compra semanal aportan con este comportamiento a una base de datos histórica qué más ser utilizada y reutilizada para poder inferir y me bajo oportunidades en el mercado.

 

Me quiero referir justamente a estas oportunidades, sí prácticamente cualquier negocio hoy es capaz de almacenar datos del comportamiento y frecuencia de sus clientes, entonces lo que se necesita es la capacidad de poder analizar esos datos y relacionarlos con otros actuales o históricos para encontrar espacios en donde se podría atender mejor al cliente, abaratar los costos, optimizar tiempos productivos, aumentar la utilidad, desechar productos, innovar productos, crear nuevo productos entre otros. Para esto no hay receta sino la capacidad de seguir estudiando ciencia de datos para entender su comportamiento en grandes cantidades y como estos son una mina de oro dentro de su evolución histórica y relación con otros datos dentro de nuevos contextos.

Hoy tenemos que aprender a poder aprender de los datos, entender que no solamente los datos que son ordenados y categorizados pueden darnos una información valiosa, sino también muchos datos que son considerados basura que tienen que ver con, tiempo de espera, tiempo de uso, diseños y rediseños en construcciones digitales, movimientos financieros, económicos, bancarios, productivos que fueron un fracaso en algún momento y que justamente por fracasar invitan al cambio en los comportamientos de los consumidores enseñándonos qué hacer y qué no hacer en los productos.

Es importante entonces dedicar tiempo al estudio del comportamiento de datos y su valor en el tiempo, bajo las variables de relación e interacción que pudieran tener con otros datos que aparentemente puede ser que no estuvieran relacionados y así aprovechar oportunidades que ahora son ocultas pero que después van a ser caminos en el cual todos recorreremos.

 

¿QUÉ ES LA IA? Una aproximación a la respuesta

Actualmente no hay una definición clara de lo que es la Inteligencia Artificial.  Vivimos en un entorno automatizado, pero no todo lo que se realiza automáticamente es IA, tanto así que nos parece natural que una puerta se abra al ir acernadose con la intensión o no de entrar a un edificio u oficina, u otro ejemplo más cercano y más antiguo: el jugar ajedrez con un ordenador. Entonces  ¿qué podria llamarse IA?, habría que hacer una relación de las propiedades características de la IA, en este caso la autonomía y la adaptabilidad.

Autonomía

La capacidad para ejecutar tareas en situaciones complejas sin la dirección constante del usuario.

Adaptabilidad

La capacidad para mejorar la ejecución de las tareas aprendiendo de la experiencia.

 

LA ECONOMÍA DE LOS DATOS

Para los economistas, el problema fundamental es cómo la mayor cantidad de personas en una sociedad alcanza el bienestar optimizando los recursos que siempre son escasos, limitados y dependiendo el sistema de asignación de estos recursos pueden estar en manos de pocos. Básicamente hoy no hay sociedad que no contemple prácticas de mercado en la que la compraventa de bienes y servicios logra en muchos casos beneficios anómalos por las que se produce riqueza en las sociedades. Hoy con una nueva fuente de recursos de datos organizados a los que llamamos conocimiento, el concepto de mercado y bienestar tienen nuevas connotaciones.  Pues la administración inteligente de datos, su análisis y presentación (síntesis) hace que las decisiones sean más acertadas y la predicción con base a datos se convierte en bien preciado por las empresas y los gobiernos a nivel global.

Un acercamiento a la demanda de datos hoy, está ubicado en las grandes corporaciones de inversión, quienes con base a la identificación de comportamientos habituales de los mercados toman decisiones de investir grandes sumas en nuevos negocios o en innovación de productos, en nuevas empresas o reducción de ellas, todo esto bajo la premisa de que mientras más variables de recolección datos tengo, es más significativo el poder de decidir.

Por otro lado la oferta de datos, se encuentran en los grandes emporios del internet, desde Google con su gran cobertura mundial, Facebook con sus interacciones con base a elecciones y todas las grandes redes que manejan algoritmos que permiten brindar servicios de acuerdo a los perfiles de sus consumidores.

Este panorama de mercado de datos, está cambiando, pues ahora las pequeñas empresas también tienen alcance a los grandes datos y también son fuente de información valiosa para la reelección de nuevos datos, haciendo que la oferta aumento disminuyendo el precio del mercado en el uso óptimo de los datos. Esto traerá reacciones de nuevas aplicaciones y herramientas para sintetizar la información y aumentarla las posibilidades de elección y de uso de IA en la producción de nuevos escenarios en los mercados.